¿Cómo dejar de procrastinar?



En algún momento nos ha pasado que debemos hacer algo o tenemos ganas de iniciar con alguna actividad, pero la postergamos una y otra vez. Nos llenamos de pretextos como no tengo tiempo, no tengo ganas, tengo sueño, o lo hago mañana. Así decimos la primera vez, y después una segunda, tercera… hasta que los días pasan y eso que debíamos hacer se queda inconcluso. Si quieres alcanzar una meta, necesitas comenzar a trabajar en ella y darle continuidad, por lo que procrastinar aunque te ayuda a engañar a tu mente con pretextos, silenciosamente también te aleja de eso que quieres o sabes que tienes que hacer. Por lo anterior, en este escrito te daré algunos consejos que puedes emplear para dejar de procrastinar y acercarte a una mejor versión de ti mismo. 

1. Cambia tu mentalidad. Un buen comienzo sería aceptar que nosotros mismos somos los primeros en ponernos obstáculos. Para poder dejar de postergar nuestras actividades, debemos quitar de nuestra mente las típicas frases (que usamos como pretexto) “no puedo y no tengo tiempo”. En lugar de eso, enfoca tu mente en lo que quieres lograr y piensa en los resultados que podrías tener en cierto tiempo si te pones en acción hoy mismo. 

2. Prioriza. Es cierto que diariamente tenemos actividades, pero no todas tienen el mismo nivel de urgencia y/o importancia. Por eso es importante que visualicemos lo que tenemos que hacer en nuestra día, pero que lo hagamos de acuerdo a un orden de importancia, es decir, priorizar lo más importante y cumplir la actividad, para poder pasar a otra y al final del día haber logrado nuestros objetivos. 

3. Busca un motivante. No podía faltar la necesidad de sentirnos motivados, ¿qué es lo qué deseas lograr? ¿Qué quieres alcanzar? En base a ello rodéate de cosas o personas que te recuerden por qué estás trabajando en algo y que tu esfuerzo valdrá la pena. 

4. Planifica. Se traduce fácil, ORGANÍZATE, lograr eso que deseas requiere tu tiempo, y tu tiempo requiere organización. Planificar nos ayudará a eliminar uno de los pretextos más comunes: “No tengo tiempo”. Revisa tu calendario, horarios y compromisos, anota qué fracción de tu día dedicarás a cada actividad, y verás como puedes rendir más. 




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