La magia de las conversaciones incómodas

Todos en algún momento hemos tenido una conversación incómoda con alguna persona cercana a nosotros, pero no me refiero a las pláticas en la cena de navidad donde tú tía te pregunta que para cuando le presentas una pareja; hablo de esas conversaciones que no son lo que más querías en el mundo, pero en el fondo sabías que necesitabas. 

Recuerdo que en una ocasión me sentía muy frustrada por algo que me estaba pasando, y que por pena no hablaba con nadie, hasta que un día mi mamá se me acercó a decirme que notaba que algo me pasaba, y decidí contarle. Fue una plática muy larga, siempre sin juzgar, pero si siendo muy objetiva y honesta. Así es, fue una “plática incómoda”. Con incómodo no me refiero a conversaciones donde existen faltas de respeto o donde se juzgan mutuamente, al contrario, son aquellas donde somos muy honestos con lo que nos pasa y sentimos, y hablamos con otra persona sin filtro. 

Hay cosas que no somos fan de escuchar o que preferiríamos evitar porque es más “fácil” que enfrentarte a una realidad. Somos seres humanos, no nos encanta que nos digan cuando estamos fallando en algo o que estamos atravesando una situación que todos pueden notar menos nosotros mismos, muchas veces preferimos vivir en un cuento que nos contamos donde “todo está bien”, pero parte de crecer, es sentir un poco de incomodidad. Es como cuando eras chiquito y no te sentías a gusto con el lunch que te preparaba tu mamá, entonces lo tuvieron cambiar; lo mismo pasa cuando detectas que algo no te hace sentir bien, buscas mejorar. 

Desde mi punto de vista, una de las fórmulas de las relaciones (de familia, pareja, amigos, personales) sanas y duraderas, es tener ese tipo de pláticas, hablar sobre cambios que son necesarios, las cosas que están funcionando y las que no, en qué estamos acertando y en qué estamos fallando. Hay que tomar esas charlas como una oportunidad de crecimiento y mejora, un impulso que nos ayudará a tomar decisiones necesarias ante diversas situaciones, siempre con la mentalidad de que nos permitirán gozar de una mejor estabilidad que nos abrirá las puertas a muchas experiencias felices y sobre todo, plenas.